Leo Alba García: versos con alma, de La Jara al Polígono

Marla

22/jul/25 - 19:05 Actualizado: 22/jul/25 - 19:14

De La Jara a Toledo, versos para vivir

Leo Alba García nació en la Nava de Ricomalillo, comarca de La Jara, un lugar de naturaleza recia y silencios fértiles. Hace ya treinta años que vive en el Polígono de Toledo, ciudad que también se ha convertido en materia poética para él.

Aunque trabajó durante décadas como en otros oficios, fue al jubilarse cuando encontró su verdadera voz: la poesía.

Nunca fue mucho a la escuela, como él mismo dice sin dramatismo. Pero eso no le impidió —ni le impide— escribir con autenticidad y fuerza. Porque Leo hace poesía con mayúscula, sin adornos ni academia, pero con una verdad que atraviesa.

Un poeta autodidacta que aprendió leyendo a Estefanía

Leo no viene de los círculos literarios, ni de los talleres poéticos. Su formación fue más libre y personal: las novelas del oeste de Estefanía que leía de niño, el gusto por la rima bien construida, el amor por la naturaleza y por la palabra como refugio. Lo suyo es verso rimado, de ese que enlaza el segundo con el cuarto, como a él le gusta. Y es en esa estructura clásica donde encuentra libertad para hablar de lo que le duele y lo que le inspira.

Una década rimando la vida

Desde hace diez años, Leo escribe con constancia y lo hace siempre en formato digital, nunca en papel. Tiene ya dos libros publicados, aunque no deja de lamentar que “publicar es muy caro” y que la poesía no siempre tiene los escaparates que merece. Aun así, sigue adelante. Porque la poesía le llena, le empuja a seguir, le permite decir lo que en persona callaría.

Para él, la poesía es una forma de expresión sincera, y también una forma de crítica social y política:

“Con la poesía puedes decir cosas que no dirías en voz alta. Duelen menos, pero llegan igual.”

Temas de su poesía: la gente sencilla y lo que importa

Sus versos tocan muchos temas, todos cercanos, todos humanos: el amor y el desamor, enfermedades como el Alzheimer, la vida de los abuelos y los niños, las guerras y sus efectos, el campo, la política, la ciudad de Toledo y su Corpus…

Uno de sus poemas más espontáneos lo escribió desde la piedra del Rey Moro, en el Valle de Toledo, tras detenerse allí con el móvil en la mano y dejarse llevar por lo que veía. La ciudad a sus pies, el Tajo serpenteando, el castillo de San Servando o el puente de San Martín: todo acabó convertido en verso.

Versos en la calle, la radio y las redes

Leo no se queda en casa con su poesía. Ha participado en recitales y concursos y también ha colaborado en programas de radio como "Pasión y Alegría" (Murcia) o en “El viejo baúl”, un programa que puede escucharse a través de internet y donde Leo colabora leyendo poemas y compartiendo música de los años 60 a los 90: un espacio donde se mezclan memoria, arte y emoción.

Un futuro lleno de versos

A sus años, Leo no se detiene. No busca reconocimiento ni grandes escenarios: lo que quiere es seguir escribiendo. Y le basta con tener el móvil en la mano, un poco de silencio y una emoción que le empuje.

El campo que lo vio crecer, el canto de los pájaros, los recuerdos de su infancia, las realidades que le preocupan, los gestos cotidianos de la gente corriente… todo puede ser poesía si se mira con ojos limpios y sensibles. Y Leo tiene una forma especial de mirar: una que transforma lo ordinario en bello, lo doloroso en verso, lo invisible en palabra.

Al fin y al cabo, como él mismo sabe bien, la poesía no es sólo una forma de escribir. Es una forma de estar en el mundo.

Búscalo, escúchalo, léelo

Quienes quieran conocer mejor a este poeta de mirada clara y palabra honesta pueden encontrarlo en redes sociales (Facebook, YouTube, Instagram, TikTok). Sólo hay que teclear su nombre: Leonardo Alba García.

En ellas comparte vídeos recitando sus propios poemas, y demuestra que la poesía no entiende de edades, ni de títulos, ni de modas. Sólo de verdad.