Iker: El pequeño gran actor del Polígono que ya brilla en la gran pantalla
Raíces fuertes y un espíritu inquieto
Nacido en 2014 y criado en el Polígono, Iker lleva en la sangre el empuje de sus raíces talaveranas, concretamente de la Sierra de San Vicente y del pintoresco pueblo de Montes Claros. “La gente de allí tiene un gen luchador y emprendedor”, nos cuenta su madre, Amparo, que no se separa de su hijo en esta aventura que compagina focos, deberes y fútbol.
Entre libros, videojuegos y goles
Estudiante de 5º de primaria en el Colegio Mayol, Iker está a punto de pasar a 6º con ilusión, aunque admite que tiene mucho trabajo. “A veces es duro, pero merece la pena estudiar para el futuro”, nos dice con la madurez de alguien que ya conoce lo que implica la disciplina.
Después de clase, Iker vuelve al barrio a hacer lo que más le gusta: jugar a la PlayStation 5, correr detrás del balón y disfrutar del ambiente del Polígono. Este año ha dado el salto a la cantera del CD Toledo tras varias temporadas en el Odelot Toletum, y sigue soñando con marcar goles... y rodar escenas.
De "Madres" a Netflix: Una carrera que no para
Su debut ante las cámaras fue en la serie Madres. Amor y vida (2020), una producción de Mediaset protagonizada por Belén Rueda, en la que interpretaba a uno de los niños ingresados en el hospital materno-infantil. Desde entonces, su camino no ha parado: fue figurante en la exitosa Reina Roja (2024) y también apareció como zombie en Kaos (2024), una producción británica.
Pero su papel más destacado, hasta ahora, ha llegado con la serie Superestar, recién estrenada en Netflix. Dirigida por Nacho Vigalondo, la serie narra la historia de Yurena (antes Tamara), un icono pop de principios de los 2000. En este elenco de lujo, donde figuran nombres como Ingrid García-Jonsson, Secun de la Rosa, Carlos Areces o Natalia de Molina. Iker interpreta al excéntrico Paco Porras de niño.
Nacho Vigalondo: "Iker tiene algo especial"
Uno de los grandes impulsores de su talento ha sido el director Nacho Vigalondo, quien no ha escatimado elogios hacia el pequeño actor: “Tiene algo especial, una luz única. Quiero contar con él para mis próximos proyectos”. Un respaldo que no solo valida el talento de Iker, sino que también le abre muchas puertas de cara al futuro.
Sacrificios con ilusión
Ser actor a los 10 años no es tarea fácil. Iker lo tiene claro: “A veces hay que levantarse a las 4 de la mañana y no llegar a casa hasta las 12 de la noche… y luego hacer los deberes”. Pero para él, estar rodeado de actores y aprender de ellos compensa cualquier madrugón.
El apoyo de su madre, Amparo, es fundamental. “Ella me lleva a los rodajes, al cole, a entrenar... sin ella no podría hacerlo”, confiesa con cariño.
Sueños de futuro...y un crack como meta
Iker ve su futuro con los ojos bien abiertos: quiere seguir disfrutando de su afición por el cine, estudiar para formarse y... ¡conocer a Cristiano Ronaldo! “Me encantaría hacer una serie sobre él y que me dieran un papel”, dice entre risas. Y con su talento y constancia, ¿quién dice que no?
Una estrella del Polígono con luz propia
Iker es ejemplo de que en el Polígono también nacen historias extraordinarias. Historias que combinan esfuerzo, sueños, raíces y mucha ilusión. Desde el cole al set de rodaje, pasando por el campo de fútbol, este pequeño gran actor demuestra que no hay sueño demasiado grande para quien se atreve a imaginarlo... y pelearlo.
Desde ElPolígono.es, seguiremos atentos a su trayectoria, sabiendo que este niño toledano tiene aún muchas escenas por rodar, muchas metas por alcanzar… y una vida por escribir.
¡Bravo, Iker!